En cualquier situación de emergencia, es habitual ver a bomberos, servicios médicos y policías utilizando esos grandes "walkie talkies" que emiten esos distintivos pitidos, para comunicarse entre sí y con el centro de mando para coordinar una respuesta eficaz ante cualquier incidente.
Las comunicaciones de este tipo han sido denominadas “comunicaciones de misión crítica” o, en definitiva, “comunicaciones críticas”. Este término está relacionado con la necesidad de ser fuertes y seguros y de estar disponibles en todo momento y en todas las situaciones (incluso en el caso de eventos graves -como desastres- o eventos masivos -como festivales, eventos deportivos o celebraciones).
El grupo de investigación NQAS de la Escuela de Ingeniería de Bilbao de la UPV/EHU, de hecho, trabaja en el campo de las comunicaciones de emergencia de nueva generación y ha recibido la cantidad de 3,25 millones de euros aportada por el Ministerio para la Transformación Digital del Gobierno de España.
"Hoy en día, en la era de los smartphones y del famoso 5G (y pronto 6G), parece paradójico que las comunicaciones utilizadas por los servicios de emergencia se basen en tecnología de los años 90. Esta tecnología básicamente te permite realizar llamadas de voz y tener una capacidad mínima para enviar mensajes. Mientras tanto, en nuestro día a día todos tenemos decenas de aplicaciones para compartir información multimedia, enviar vídeos, compartir localización avanzada, enviar información de sensores, utilizar drones, etc.”, explica Fidel Libera, profesor de la Escuela de Ingeniería de Bilbao e investigador principal del grupo NQAS.
Conscientes de esta brecha, este grupo de investigación lleva cerca de 15 años investigando y desarrollando tecnología para avanzar en la transición hacia las llamadas "comunicaciones de misión crítica de banda ancha". Durante este periodo se ha convertido en un referente internacional en los campos de la investigación y la normalización, fomentando la interoperabilidad y la transferencia de tecnología. Inició este camino en 2011, liderando el proyecto europeo GERYON. Ese proyecto tenía como objetivo aumentar la seguridad y robustez de las redes móviles comerciales (4G en ese momento) y proporcionar comunicaciones críticas mediante aplicaciones de teléfonos inteligentes. Unos años más tarde, la organización 3GPP que estandariza las comunicaciones móviles también tomó el mismo camino y así el grupo se situó a la vanguardia de la investigación en este tipo de tecnología. Posteriormente, también llegaron otros proyectos europeos al camino del 5G: 5G SESAME y 5G ESSENCE, por ejemplo.