Se creó en 1987 y a través de él 9 millones de estudiantes han disfrutado de una de las experiencias educativas más productiva e inolvidable de sus vidas. Ya lejos quedan aquellos 95 valientes que en 1987 hicieron las maletas hacia la aventura, en un mundo sin pantallas y con muy poca información hacía lo desconocido. Hoy día Erasmus+ es un programa consolidado y en constante evolución que este año abre sus puertas a nuevos continentes incluyendo destinos en Asia y África. Todo un logro.
Además del alumnado, Erasmus+ permite anualmente a miles de profesores/as visitar nuevos centros, compartir experiencias y desarrollar proyectos de colaboración internacional que redundan en la mejora del sistema educativo aportando valor a profesorado e instituciones educativas implicadas.
Desde los centros de Formación Profesional venimos tomando parte en este programa desde sus inicios con unas cifras de participación creciente y un potencial muy superior al de otros niveles educativos. El hecho de que el alumnado salga de su zona de confort durante tres meses y se desplace a trabajar muy lejos de su casa ha demostrado ser una fórmula muy efectiva para formar excelentes profesionales. En el transcurso de esta experiencia el alumnado tiene que afrontar una serie de experiencias nuevas a nivel profesional y personal como son el hecho de conocer a nuevas personas, convivir con ellas, un nuevo idioma, desenvolverse en entornos de trabajo internacionales, vivir sólo por primera vez con las responsabilidades y tareas que conlleva… en definitiva tomar las riendas de su destino.
A la hora de superar esos retos, los jóvenes desarrollan una serie de capacidades y competencias personales muy valiosas. Entre ellas, la capacidad de adaptación, resiliencia, comunicación, toma de decisiones, aprendizaje de idiomas, solución de problemas y sobre todo, mucho equilibrio emocional en las situaciones más estresantes.
Toda esta mochila de competencias y conocimientos con las que vuelven los jóvenes que participan en el programa Eramus+ no ha pasado desapercibida para las empresas que buscan talentos. En mi experiencia como orientador profesional, empieza a ser una cosa normal que las empresas soliciten entre los requisitos ideales de un candidato/a el hecho que sea un “alumno/a erasmus” a veces por encima de una titulación concreta, basta con una titulación genérica en una familia profesional determinada. Sin embargo, el curriculum vitae de un erasmus incorpora un valor añadido ya que normalmente se corresponde con el perfil más alto, tanto académicamente como personalmente, de cada clase. Si a esto se le añaden tres meses de “tuneado” profesional y competencial es muy lógico que a la hora de incorporarse a los puestos de trabajo o desarrollar proyectos profesionales estos alumnos/as se muestren más interesantes para las empresas que buscan jóvenes con talento.
No es extraño el esfuerzo del SEPIE en difundir el programa, ni que aparezcan proyectos como #MIERASMUSENFP que pretender visibilizar y dar voz a los protagonistas en primera persona. En este proyecto de colaboración entre centros de diferentes comunidades autónomas, se da voz a las experiencias de alumnado, profesorado e instituciones de Fp que hayan participado en una movilidad Erasmus+. El proyecto pretende sensibilizar, quitar miedos y compartir experiencias contadas por los protagonistas para que sirvan de referencia y motivación a estudiantes que puedan estar valorando esa alternativa. Es sorprendente oír de boca de la mayoría de los estudiantes que es una de las experiencias más productivas e inolvidables de su vida. No son pocos los que reconocen que les ha cambiado la vida. No es fácil lograr eso con otro tipo de programas educativos. Más info: http://mierasmusenfp.blogspot.com/
Podríamos llegar a decir que Eramus+ se ha convertido en una “marca personal” del talento de un estudiante y las empresas así lo valoran. Además de ser una de las mejores experiencias Erasmus+ se ha convertido en la guinda perfecta en un CV de FP y una garantía de inserción laboral.