¿Cómo puede ser que con un paro juvenil del 28,8% haya empresarios desesperados por contratar a jóvenes? ¿Cómo explicarse que escuelas que imparten módulos con trabajo garantizado al obtener la titulación no llenen las aulas? ¿Cómo justificar que jóvenes quieran apuntarse a profesiones demandadas y no haya oferta de plazas? Y a la inversa. ¿Por qué se abren nuevas aulas en profesiones hiperrepresentadas?
La respuesta no es simple. Los docentes apuntan como motivos la falta de sintonía entre las escuelas y las empresas, la falta de agilidad de la administración para detectar y crear nuevos perfiles profesionales o la minusvaloración social sobre los estudios de ciclos frente a las carreras universitarias.
El hecho es que faltan relojeros, técnicos de óptica, informáticos especializados en el manejo de grandes datos de biología, mecánicos y carroceros, operarios que puedan reparar un aparato de precisión cuando el cirujano está operando, electricistas, especialistas en transporte y logística capaces de agilizar y ahorrar en la gestión del comercio electrónico, técnicos en impresoras 3D para dar servicio en hospitales...
La ocupación vinculada a ramas de la FP escapan a la dinámica del paro juvenil, que es del 28,8%
El desconocimiento de las familias sobre la existencia de estos ciclosde altísima inserción laboral y sueldos dignos es una de las razones por las que las empresas acaban contratando fuera. “Cada vez es mayor la necesidad de hospitales y centros de investigación en conseguir informáticos con conocimientos de biología”, indica Ana Ripoll, presidenta de Bioinformatics Barcelona (BIB). Los ciclos en bioinformáticas son adaptaciones a titulaciones ya existentes y se imparten sólo en dos institutos (EU Gimbernat, de San Cugat del Vallès, y en el IES Provençana de l’Hospitalet de Llobregat). La primera promoción se ha integrado por completo en el mercado laboral con sueldos de entre 22.000 y 24.000 euros brutos. No obstante sólo finalizó los estudios el 50% de los 60 estudiantes que iniciaron la especialidad debido a la exigencia en la formación.
El Institut Bonanova, referente nacional en ciclos de la familia de salud, está valorando la posibilidad de abrir formaciones en esta línea. “Vemos que hay mucho campo en la informática, en la electromedicina”, explica Monste Blanes, directora del mencionado instituto público. Sostiene que en ocasiones la demanda de las instituciones no es explícita pero existe. La impresoras 3D instaladas en los departamentos de oncología de los hospitales son visitadas por médicos de otras especialidades que ya ven cómo pueden sacar partido a esta tecnología.
“La FP no puede trabajar al margen del mundo laboral”, cree Blanes, “estamos viendo en las FP de tipo dual, que ofrecen formación en el centro y en la empresa, cuán interesante es compartir currículums, ver las necesidades y pactar”.
“Muchos estudiantes se ven abocados a estudios en la universidad por presión de los padres”
Existe una batalla que deben librar los padres que piensan que la opción de FP se elige desde el fracaso, creen que sus hijos se verán trabajando de operarios en industrias sucias y con ruido y que su sueldo y su posición en la vida será inferior a la que obtendría con un grado. Pero la industria 4.0 es limpia, silenciosa, robotizada. Los sueldos oscilan entre 1.800 y 2.000 euros mensuales con la posibilidad de viajar y obtener pluses, manifiesta Vicenç Guerrero, del Institut Palau Ausit. “La demanda de personal cualificado en mantenimiento y electromecánica triplica la oferta”, continúa, “pero ser electricista no es tan mediático como ser entrenador personal o cocinero. Y el tema de las chicas es un drama en estos grados tecnológicos: tenemos una alumna cada cuatro años”.
“Muchos estudiantes se ven abocados a continuar unos estudios de tipo académico en la universidad por presión de los padres a pesar de que ellos preferirían ya formarse en un trabajo concreto”, considera Pilar Godinez, del Institut Joan Brossa, que ofrece ciclos muy demandados de transporte y logística. “En mi opinión, debería abrirse un bachillerato híbrido que permitiera a los alumnos probar experiencias de formación profesional para que pueda planteárselo como una opción real y que no les cierra las puertas a la universidad”. Así, en algunos ciclos como los de óptica del IES Joan Brossa el 50% de alumnos se matricula en la UPC. “Estos alumnos entran con materias convalidadas y cobrando un sueldo porque las ópticas les dan trabajo”, apunta Godinez que indica que los estudiantes también hacen un camino a la inversa y hay licenciados superiores que optan por estudiar una FP.
¿Cómo puede ser que con un paro juvenil del 28,8% haya empresarios desesperados por contratar a jóvenes? ¿Cómo explicarse que escuelas que imparten módulos con trabajo garantizado al obtener la titulación no llenen las aulas? ¿Cómo justificar que jóvenes quieran apuntarse a profesiones demandadas y no haya oferta de plazas? Y a la inversa. ¿Por qué se abren nuevas aulas en profesiones hiperrepresentadas?
La respuesta no es simple. Los docentes apuntan como motivos la falta de sintonía entre las escuelas y las empresas, la falta de agilidad de la administración para detectar y crear nuevos perfiles profesionales o la minusvaloración social sobre los estudios de ciclos frente a las carreras universitarias.
El hecho es que faltan relojeros, técnicos de óptica, informáticos especializados en el manejo de grandes datos de biología, mecánicos y carroceros, operarios que puedan reparar un aparato de precisión cuando el cirujano está operando, electricistas, especialistas en transporte y logística capaces de agilizar y ahorrar en la gestión del comercio electrónico, técnicos en impresoras 3D para dar servicio en hospitales...
La ocupación vinculada a ramas de la FP escapan a la dinámica del paro juvenil, que es del 28,8%
El desconocimiento de las familias sobre la existencia de estos ciclosde altísima inserción laboral y sueldos dignos es una de las razones por las que las empresas acaban contratando fuera. “Cada vez es mayor la necesidad de hospitales y centros de investigación en conseguir informáticos con conocimientos de biología”, indica Ana Ripoll, presidenta de Bioinformatics Barcelona (BIB). Los ciclos en bioinformáticas son adaptaciones a titulaciones ya existentes y se imparten sólo en dos institutos (EU Gimbernat, de San Cugat del Vallès, y en el IES Provençana de l’Hospitalet de Llobregat). La primera promoción se ha integrado por completo en el mercado laboral con sueldos de entre 22.000 y 24.000 euros brutos. No obstante sólo finalizó los estudios el 50% de los 60 estudiantes que iniciaron la especialidad debido a la exigencia en la formación.
El Institut Bonanova, referente nacional en ciclos de la familia de salud, está valorando la posibilidad de abrir formaciones en esta línea. “Vemos que hay mucho campo en la informática, en la electromedicina”, explica Monste Blanes, directora del mencionado instituto público. Sostiene que en ocasiones la demanda de las instituciones no es explícita pero existe. La impresoras 3D instaladas en los departamentos de oncología de los hospitales son visitadas por médicos de otras especialidades que ya ven cómo pueden sacar partido a esta tecnología.
“La FP no puede trabajar al margen del mundo laboral”, cree Blanes, “estamos viendo en las FP de tipo dual, que ofrecen formación en el centro y en la empresa, cuán interesante es compartir currículums, ver las necesidades y pactar”.
Muchos estudiantes se ven abocados a estudios en la universidad por presión de los padres”
Existe una batalla que deben librar los padres que piensan que la opción de FP se elige desde el fracaso, creen que sus hijos se verán trabajando de operarios en industrias sucias y con ruido y que su sueldo y su posición en la vida será inferior a la que obtendría con un grado. Pero la industria 4.0 es limpia, silenciosa, robotizada. Los sueldos oscilan entre 1.800 y 2.000 euros mensuales con la posibilidad de viajar y obtener pluses, manifiesta Vicenç Guerrero, del Institut Palau Ausit. “La demanda de personal cualificado en mantenimiento y electromecánica triplica la oferta”, continúa, “pero ser electricista no es tan mediático como ser entrenador personal o cocinero. Y el tema de las chicas es un drama en estos grados tecnológicos: tenemos una alumna cada cuatro años”.
“Muchos estudiantes se ven abocados a continuar unos estudios de tipo académico en la universidad por presión de los padres a pesar de que ellos preferirían ya formarse en un trabajo concreto”, considera Pilar Godinez, del Institut Joan Brossa, que ofrece ciclos muy demandados de transporte y logística. “En mi opinión, debería abrirse un bachillerato híbrido que permitiera a los alumnos probar experiencias de formación profesional para que pueda planteárselo como una opción real y que no les cierra las puertas a la universidad”. Así, en algunos ciclos como los de óptica del IES Joan Brossa el 50% de alumnos se matricula en la UPC. “Estos alumnos entran con materias convalidadas y cobrando un sueldo porque las ópticas les dan trabajo”, apunta Godinez que indica que los estudiantes también hacen un camino a la inversa y hay licenciados superiores que optan por estudiar una FP.
Lourdes González, directora del IES Mercé, pone sobre la mesa la contradicción de que algunos ciclos tengan pocos alumnos pese a la demanda laboral –es el caso del grado medio en carrocería, que no se apuntan, o el de relojería, con escasas plazas– frente a otros con mucha demanda y menos salida –la familia de imagen y sonido en el que el centroi, referente nacional, dispone de 50 plazas para 200 solicitudes.
No obstante, en algunos ciclos, especialmente de grado medio, los alumnos llegan “con competencias básicas muy bajas, aprobadas in extremis, y eso hace pensar que hay que replantearse no solo el bachillerato sino también la ESO”, sugiere Blanes.
La selectividad no cambia
La Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), prueba antes conocida como selectividad, mantiene este curso las mismas características que las del anterior y deberá realizarse en toda España antes del 15 de junio. Así se desprende de la orden que determina las características, el diseño y el contenido de esta prueba exclusivamente obligatoria para el alumnado que quiera acceder a enseñanzas universitarias, según se señala en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esta orden también fija que los resultados provisionales de las pruebas serán publicados antes del 28 de junio. Como en el año pasado, las pruebas versarán sobre las materias generales del bloque de asignaturas troncales o principales del segundo curso de bachillerato de la modalidad elegida y, en su caso, de lengua cooficial y literatura. Los estudiantes que quieran mejorar su nota podrán examinarse de, al menos, dos materias de opción del bloque de asignaturas troncales de segundo curso. Además, las universidades podrán tener en cuenta en sus procedimientos de admisión, además de la calificación obtenida en cada una de las materias de opción del bloque de asignaturas troncales elegidas, la de alguna de las materias generales según modalidad e itinerario.
El revuelo de la innovación
Algunos centros catalanes son centros de referencia nacionales y las aulas se ocupan con alumnos de toda España. Utilizan nuevas metodologías pedagógicas, como trabajo por proyectos, y están muy vinculadas a las necesidades actuales de las empresas. Hay dobles titulaciones que se realizan en tres años y programas de movilidad internacional que permiten a los alumnos estudiar en otros centros europeos o realizar prácticas en empresas extranjeras. E intercambio de profesores. Y Erasmus, sí, también Erasmus. “La FP se ha puesto las pilas”, indica Montse Blanes.