1. Conócete

Es necesario conocer las fortalezas y debilidades de cada cual. "Antes de nada conviene pararse a reflexionar sobre uno mismo. Es el momento de preguntarnos qué nos gusta y qué se nos da bien, para qué tenemos talento y cuánto esfuerzo estamos dispuestos a hacer". A veces no coincide lo que nos gustaría ser con lo que realmente hacemos bien. Aquí es importante la auto observación, pero también contar con la opinión de los que nos conocen bien. 

2. Infórmate

Hay que conseguir toda la información posible, revisar los temarios, las asignaturas… para que no haya sorpresas. Para ello, se puede acudir a ferias universitarias, hablar con estudiantes que estén cursando el grado que te interesa o con profesionales que ya se hayan graduado y estén en el mercado laboral. "Buscar información más allá de las webs de las universidades es una buena estrategia. Cuanta más información y más variada, mejor". 

3. Herramientas de ayuda

Cada vez abundan más en Internet los test de orientación profesional y los cuestionarios de autoevaluación. Pueden servir de referencia, pero que tampoco condicionen tu elección. "Los cuestionarios sobre intereses profesionales pueden ayudar a descubrir cosas sobre uno mismo en las que no se había reparado antes. También pueden servir para descubrir carreras que no se habían considerado previamente". 
 
4. Toma tus propias decisiones

Los padres han de ayudar en la recogida de información, pero no condicionar la elección. Amigos, profesores y orientadores también influyen de manera relevante, pero la decisión has de tomarla tú. "El papel de la familia, profesorado y orientadores es el de acompañar en el proceso, pero el protagonista debe ser el y la estudiante, lo cual también supone asumir la responsabilidad de las decisiones que se toman".