Hace diez años que el mundo hizo crac. Y lo que entonces fueron heridas por una crisis financiera atroz hoy ya son cicatrices. Así lo ve Allison Schrager. La economista explica en la revista Quartz cómo el hundimiento económico provocado por el desastre de Lehman Brothers ha marcado a toda una generación: los milenials (nacidos entre 1982 y 2004, según los científicos sociales Neil Howe y William Strauss).
«El daño real permanece y puede tener consecuencias para los próximos años», indica Schrager. «La crisis financiera ha marcado la percepción que tienen los milenials sobre el riesgo. De hecho, puede que, durante toda su vida, le tengan más aversión que las generaciones anteriores y esto se refleja ya en la inversión que hacen en su educación, en sus carreras profesionales y en sus porfolios financieros».
La dificultad en encontrar trabajo y la poca estabilidad del mercado laboral de los últimos años han dejado, al menos, estas cuatro marcas en los milenials, según Allison Schrager.
Piensan más en las salidas profesionales a la hora de elegir una carrera que la generación anterior
Muchos estudiantes descartan los estudios de humanidades porque tienen menos salida profesional que los científicos. Las facultades de Informática, Ciencias de la Salud o Económicas tienen cada vez más alumnos.
Están menos interesados en ser empresarios
Muchos buscan un trabajo estable más que el riesgo de montar un negocio. A pesar del mito de Silicon Valley, los milenials tienden a huir del trabajo por cuenta propia más que la generación anterior. En EEUU, desde la crisis, el número de freelancersde veintitantos y treinta y tantos años ha caído en picado.
A los milenials no le interesa la bolsa
Los niños que crecieron después de la Gran Depresión de 1929 temieron el mercado de valores durante toda su vida y lo mismo podría ocurrir con los milenials. Menos jóvenes deciden invertir hoy sus ahorros en bolsa que en épocas anteriores. Prefieren la cuenta bancaria monda y lironda de toda la vida.
Afrontan pocos riesgos y tienen poca confianza en el futuro
Quizá porque muchos encontraron un mercado laboral que no les daba siquiera para independizarse. O porque les dijeron que eran la generación mejor preparada de la historia y les dieron trabajos de camareros. O porque son hijos de padres helicóptero que los sobreprotegen. O porque están empachados de tecnología y de vivir entre píxeles.