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Jokin Bildarraz participa en la jornada ETHAZI, en el décimo aniversario de esta metodología de FP Euskadi (I)

El consejero de Educación Jokin Bildarratz dio, el pasado 24 de enero, apertura a la jornada organizada por el Departamento de Educación con motivo del décimo aniversario del modelo ETHAZI (modelo de ciclos de alto rendimiento) en la Formación Profesional de Euskadi. El auditorio del Bilbao Exhibition Centre (BEC) acogió a cerca de 350 responsables de centros de FP –entre miembros de equipos directivos y profesoradoque imparten en sus aulas mediante este modelo de aprendizaje colaborativo basado en retos.

80.000 alumnos y alumnas

El modelo ETHAZI (modelo de aprendizaje colaborativo basado en retos) comenzó su andadura a modo de experiencia piloto en el curso 2013-2014 en 5 centros de Formación Profesional de Euskadi, con 100 alumnos y alumnas y 25 docentes de 5 ciclos formativos diferentes. A partir de ese momento, el modelo se fue desarrollando y enriqueciendo con diferentes elementos, a la vez que se iba extendiendo por la mayoría de los centros de FP de Euskadi, tanto públicos como concertados. A día de hoy, el modelo está implantado, en mayor o menor medida, en la práctica totalidad de los centros de FP Euskadi, habiendo formado con este modelo 79.664 alumnos y alumnas a lo largo de estos diez años. En este curso 2023-2024, 25.421 alumnos y alumnas de 83 centros junto con 2.048 profesores y profesoras están trabajando en este modelo, siendo el 73% del total de alumnado de FP de ciclos formativos de grados medios y superiores.

ETHAZI, ciclos de alto rendimiento

Este modelo de aprendizaje recibe su nombre del acrónimo en euskera de Etekin Handiko Zikloak, o ciclos de alto rendimiento. El elemento central sobre el que se articula todo el modelo es el aprendizaje colaborativo basado en retos: al alumnado se le plantea una situación problemática, que se transforma en reto para todo el equipo. La totalidad del proceso hasta la obtención de un resultado o de la resolución de este reto está estructurado para que el alumnado adquiera no solo las competencias técnicas y específicas del ciclo que cursa, también aquellas competencias transversales que tienen un carácter estratégico en la formación de todo profesional, tales como la autonomía en el aprendizaje, el trabajo en equipo, la toma de decisiones o la orientación hacia resultados extraordinarios.

Las situaciones problemáticas, en todos los casos, son planteadas a una clase configurada en equipos, donde el proceso de trabajo ha de posibilitar al alumnado vivir la situación como un reto y, desde ahí, tiene que tener la oportunidad de generar el conocimiento necesario que le permita aportar las mejores soluciones.

El planteamiento del modelo a través de retos necesita de una reinterpretación de la mecánica del aprendizaje. El aprendizaje se interpreta como un proceso de evolución, donde el alumnado es responsable del mismo. El alumnado, a nivel individual y de equipo, se pone en acción y produce un resultado. Este resultado se interpreta: se analiza lo que le ha funcionado y lo que no, y se decide qué se va a hacer de forma diferente en el siguiente reto para acercarse a unos objetivos superiores. Este modelo requiere, asimismo, repensar y redefinir elementos como los horarios, las evaluaciones o la propia configuración física del aula.