Descansar
Es especialmente importante que se haga un pequeño descanso cada cierto tiempo. Es recomendable realizar una parada de cinco minutos cada espacio de una hora. En el caso de estudios universitarios o superiores, este descanso puede hacerse cada dos o tres horas. Aunque no hay un número máximo ni mínimo de horas aconsejables para estudiar, lo cierto es que a las cinco o seis horas de haber estado estudiando baja el rendimiento.
Dormir
Y, por supuesto, no hay que olvidarse de dormir. Lo recomendable son 8 horas, aunque este número también puede variar según las personas, ya que se pueden precisar más o menos horas para realizar un descanso adecuado.
Búhos y alondras
Cada persona tiene unas particularidades. Hay estudiantes “búho” porque estudian mejor por la noche y estudiantes “alondras” porque estudian mejor por la mañana y pueden levantarse perfectamente a primeras horas y ponerse a estudiar. Lo importante es conocerse bien y adaptar las técnicas generales a las tendencias y particularidades de cada hora.
El día del examen
Cuando llega el día del examen también es recomendable poner en práctica una serie de recomendaciones. Es conveniente hacer un repaso antes de examinarse, pero nunca el día anterior, de manera que si la prueba es un sábado se debería realizar un martes.
El día del examen hay que desayunar tranquilamente para que no se cree tensión y no tomar mucho café para evitar quedarse en blanco ante la prueba.
En caso de que haya nervios, tranquilidad, porque hay solución. Lo mejor es leer las preguntas y empezar por la más fácil porque así se revierte la memoria y se puede recuperar.
Si se tienen nervios, hay que recordar que esa sensación dura unos cinco o diez minutos y que se pasa conforme se empieza a leer y hacer el examen, comenzando por esa pregunta que resulte más sencilla.
Qué no hacer
También hay algunas actividades que no deben llevarse a cabo bajo ningún concepto. Una de ellas es jugar con la videoconsola o videojuegos o efectuar cualquier otra actividad que aumente el nivel de tensión emocional porque no favorece el estudio al producirse una bajada del nivel de concentración. Tampoco es idóneo estudiar el día de antes del examen por más que es una costumbre extendida entre los estudiantes.