Efectividad de los planes locales
Junto a ello, Lanbide ha evaluado la efectividad de las ayudas que canaliza a través de las entidades locales dirigidas a los jóvenes, como ya se hiciera hace tres años con Lehen Aukera. En este caso, se ha analizado el impacto en la empleabilidad de las personas beneficiarias durante el periodo subvencionable (entre 8 y 12 meses) y el impacto hasta un año después de la finalización de este. Por ello, se han utilizado los datos correspondientes a las convocatorias de 2018, 2019 y 2020, que permitían en 2023 abarcar los dos periodos objeto de estudio. El número de personas contratadas en los tres años fue de 228, 227 y 193, respectivamente.
Para medir el impacto de una manera causal se ha llevado a cabo una evaluación contrafactual utilizando técnicas de emparejamiento que permiten comparar la empleabilidad de las personas beneficiarias del programa (grupo de tratamiento) con la de otro grupo de personas no beneficiarias y similares en términos de características observables ex ante (grupo de control).
En el periodo subvencionable, las personas beneficiarias mostraron una mayor empleabilidad y con un empleo de mejor calidad (más contratos a tiempo completo, menor rotación, mayor número de días trabajados) que el grupo de control no beneficiario. Su estabilidad laboral fue mayor. Aunque las entidades locales no pueden transformar en indefinidos esos contratos iniciales, a los cinco meses deja de haber diferencia entre personas beneficiarias y grupo de control, y en el año posterior esas personas beneficiarias trabajan de media un 11% más que las del grupo de control, lo que significa que la intervención de Lanbide a través de las entidades locales permite acceder a empleos de mejor calidad (mayor duración o más a tiempo completo). “Tenemos un dato más para avalar la utilidad del servicio público de Lanbide y de los programas que impulsamos, y de la utilidad de la colaboración entre instituciones”, ha resumido la Vicelehendakari Mendia.